El mosquito de la fiebre amarilla (Aedes aegypti) es conocido en el mundo entero por habitar zonas urbanas, picar a los humanos y con ello propagar enfermedades como el dengue, el Zika, el chikungunya y la fiebre amarilla que le da nombre. La OMS estima que esta especie causa 50 millones de infecciones y 25.000 muertes al año. Estudios llevados a cabo en América y Asia encontraron que el 95% de la sangre consumida por el mosquito es humana demostrando su preferencia por nosotros.

Sin embargo, en África, de donde el mosquito es originario, la mayoría de las poblaciones de este mosquito no tiene preferencia por los humanos, sino por otros animales, principalmente mamíferos como primates y roedores. Pero esta tendencia podría cambiar en los próximos años, alerta un nuevo estudio. La creciente urbanización que está experimentando el continente y el cambio climático, favorecerá la expansión de los mosquitos con preferencia por los humanos. Y con ello aumentará su capacidad de propagar enfermedades.

El mosquito de la fiebre amarilla es originario de África, allí la mayoría de sus poblaciones no tienen preferencia por picar a los humanos, a diferencia de sus poblaciones de América y Asia

Para llegar a estas conclusiones los autores del estudio analizaron la preferencia de diversas poblaciones de Aedes aegypti africanas y las variables climáticas y ambientales que podían explicar las diferencias entre ellas. Recolectaron huevos en 27 localidades del África subsahariana (Fig. 1), que variaban en sus condiciones climáticas, yendo desde las regiones semiáridas del Sahel, a los bosques estacionales y las selvas tropicales. La otra variable que analizaron fue la densidad de población humana presente en la zona. Los mosquitos fueron criados en un laboratorio donde se estudió su preferencia a la hora de picar, exponiéndoles a olores humanos y a olores de otros animales no humanos a la vez. Así pudieron observar hacia cuál de ellos se dirigían y calcular la preferencia de las diferentes poblaciones.

Fig. 1. Localización de las poblaciones utilizadas en el estudio. El tamaño del círculo representa la densidad de población humana presente en la zona. El color la preferencia del mosquito por picar a humanos (rojizos) u otros animales (azulados). La figura de abajo muestra el índice de preferencia obtenido al darles a escoger entre humanos u otros animales para cada una de las poblaciones. El punto es la media y la barra el intervalo de confianza del 95%. Fuente: Mosquito Alert CC-BY a partir del original de Rose et al. 2020. bioRxiv 939041

La urbanización y el clima determinan la preferencia de los mosquitos

La mayoría de las poblaciones prefirieron el olor de los otros animales (azules), algunas no mostraron preferencia por uno u otro (violetas), y sólo unas pocas de ellas mostraron una clara predilección por el olor humano (rojo) (Fig. 1). El gusto por la sangre humana estaba presente en aquellas regiones con una mayor densidad humana. Sugiriendo que cuando la población humana es grande en una zona, los mosquitos que se ven más favorecidos son aquellos que tienden a alimentarse de la sangre de las personas. 

Otro factor que explicaba la distribución de los mosquitos con esta preferencia por el olor humano, fue el climático. Estos mosquitos son más abundantes en las regiones secas. En ellas los hábitats naturales donde suelen depositar los huevos, agujeros de los árboles o concavidades en las rocas con agua de las lluvias, son escasos. En su lugar proliferan los contenedores y depósitos humanos para almacenar agua. Los humanos proporcionan a los mosquitos lugares donde criar en unos ambientes, que de entrada, les son poco favorables. 

Tanto la morfología como la genética demuestra que los mosquitos con preferencia por los humanos, que hoy han invadido el continente americano y asiático, están relacionados con las poblaciones del Sahel, la región que hace de transición entre el desierto del Sáhara al norte, y la sabana al sur. El término de origen árabe significa literalmente “costa”, en referencia a la aparición de la vegetación delimitando el mar de arena del Sahara. Las poblaciones de mosquito de la fiebre amarilla que habitan el norte de Senegal, además de presentar preferencia por los humanos, es la que está relacionada genéticamente con los mosquitos que hoy encontramos en América y Asia.

El mosquito de la fiebre amarilla se domesticó a sí mismo

En estos ambientes semiáridos los mosquitos dependen de los hábitats humanos para poderse reproducir. Los depósitos y bidones de agua fabricados por los humanos les permiten habitar una región en la que encuentran pocos hábitats naturales donde reproducirse. El verse obligados a convivir junto a poblaciones humanas, donde la presa más abundante son los humanos, la selección natural acabó generando poblaciones de mosquitos con preferencia por alimentarse de los humanos. Los individuos que presentan las mutaciones en los sistemas sensoriales que determinan su preferencia por los olores humanos son los más abundantes en estas poblaciones. 

Un clima más árido y una mayor urbanización prevé un aumento de los mosquitos con preferencia por los humanos en África en las próximas décadas

La combinación de estaciones secas y la dependencia de los espacios humanizados, no sólo ha sido importante en la evolución del mosquito de la fiebre amarilla, sino que también ha moldeado la evolución de los mosquitos Anopheles que transmiten la malaria en África.  

En África el clima y la densidad de las poblaciones humanas están cambiando, se teme que el cambio de precipitaciones y el aumento de las zonas urbanizadas favorezca a los mosquitos que se han adaptado a convivir y alimentarse de los humanos. Eso supondría un aumento considerable de poblaciones humanas en el continente expuestas a las enfermedades que puede transmitir esta especie. 

 


Referencias:

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