Los mosquitos pican, pero solo lo hacen las hembras -aunque no de todas las especies- porque necesitan ingerir proteínas y otros nutrientes que tenemos en la sangre con tal de finalizar la formación de sus huevos. ¿Pero, por qué pican a unas personas más que a otras? ¿Es un mito? ¿Un mero presentimiento de aquellos que nos despertamos acribillados a picaduras?

James Jordan (CC BY-ND 2.0)

James Jordan (CC BY-ND 2.0)

 

Es una de aquellas sensaciones que al final resulta tener base científica. Estudios realizados en los últimos años han demostrado que hay personas que son realmente irresistibles para estos pequeños vampiros. Se ha comprobado que el olor corporal humano atrae los mosquitos, ya que a través del sudor liberamos ácido láctico, amoníaco y otros químicos que desprenden aromas fascinantes para ellos o, mejor dicho, para ellas, eau de toilette pour femme… Pero el origen de quién es más propenso a ser picado por los mosquitos es genético.

¿Cómo nos encuentran?

Es una combinación de temperatura y olores de la piel, emisión de dióxido de carbono de la respiración, y también detección visual. Obviamente depende de la costumbre de la especie: un mosquito nocturno no nos va a poder localizar por la vista sino únicamente por el olfato. Por el contrario, uno diurno propio de exteriores va a usar principalmente la visión, porque al aire libre es mucho más difícil oler a distancia.

A lo largo de las últimas décadas se ha afirmado y negado que los mosquitos se sienten atraídos por sustancias químicas eliminadas por la epidermis cuando se ingiere alcohol (sobre todo la cerveza), por la ropa oscura (especialmente la roja o negra), la temperatura corporal alta, los perfumes florales o cítricos y las emisiones altas de CO2 exhaladas por personas que realizan ejercicio físico al aire libre y por las mujeres en el tercer trimestre de embarazo. Pero esto último, por ejemplo, no es un factor importante en el caso del mosquito tigre ni de muchos otros mosquitos de exterior.

Foto: BigStock

Foto: BigStock

 

Incluso hay quien está convencido de que si un mosquito puede escoger elegirá antes a una persona con el grupo sanguíneo O y B negativos y dejará las del A en tercer lugar. Pero lo cierto es que ninguna de estas afirmaciones anteriores cuenta con evidencias científicas que las verifique, y menos para todas las especies de mosquitos. En cambio, lo que sí se ha demostrado es que les resulta atractiva la presencia de ciertas bacterias en la piel, en casos concretos en que la comunidad microbiana es grande pero poco diversa.

Asumiendo lo expuesto antes, se entiende que hay personas que emiten más que otras los olores que son apetecibles para los mosquitos. Pero hay mucho por investigar aún. Y también hay que tener en cuenta que muchas personas creen que no son picadas y no es realmente así. Dado que la forma de saber que nos han picado es la aparición de la irritación, aquéllos que la sufran en baja intensidad creerán que no han sido picados. Aquí tiene su sentido la expresión «parecen inmunes», porque en realidad pueden no serlo. Se cree que se combinan ambos fenómenos, por un lado las sustancias que son atractivas para los mosquitos en el tema del sudor variando según personas, y por el otro, diferentes percepciones de los ataques.

Los últimos años la investigación se está encaminando a descubrir cuál es el componente genético responsable de los factores implicados, como es el tipo de olor corporal, la eliminación de ciertas sustancias a través del sudor o la presencia de algunas bacterias en la epidermis. Unas diferencias detectables por los mosquitos que vienen determinadas por nuestros genes y que lamentablemente dejaremos en herencia a nuestros hijos.

De los 400 tipos de compuestos químicos que expulsamos a través del sudor el 85% tiene un origen genético

Según los investigadores es posible que el desarrollo de genes que dan lugar a aromas poco atrayentes para los mosquitos pudiera ser una adaptación evolutiva hacia una defensa natural contra unos animales que nos han transmitido enfermedades durante millones de años.

Sudor. Foto: Kullez

Sudor. Foto: Kullez

 

En el 2015 un estudio publicado en PLOS ONE trabajó con 40 parejas de gemelos: 18 gemelos idénticos, que comparten el 100% de sus genes, y 19 mellizos, que comparten genes como los hermanos de partos individuales. Los resultados muestran que sólo algunos de los mellizos (uno de los dos) eran más propensos a ser picados, mientras que los mosquitos mostraban el mismo interés por los gemelos idénticos (los dos), ya fuese alto o bajo. Es aquí donde se cree que está la clave.

Ahora hay que descubrir las combinaciones de genes responsables del olor corporal para identificar el nivel de riesgo de las personas a ser picadas. Esto permitirá desarrollar fármacos que incrementen la producción de repelentes naturales del cuerpo en lugar de utilizar productos artificiales sobre la piel. Debemos recordar que estos animales contagian a millones de personas al año de varias enfermedades como el dengue y el Chikungunya en el caso del mosquito tigre, o la malaria en el caso del mosquito Anopheles, sobre todo en países donde el acceso a la sanidad es más que complicado.

Por último, no olvidéis enviar fotos de los mosquitos tigre que os vais encontrando con nuestra app Mosquito Alert. Es importante conocer por donde se está expandiendo este mosquito invasor.

Fuentes: