El virus Zika (ZIKV) fue aislado por primera vez de un primate en Uganda en 1947, y pocos años más tardes se detectó su presencia en humanos en Uganda y Tanzania. Pese a su origen africano, en el continente solo ha habido brotes esporádicos, mientras que Asia, el Pacífico y en América ha habido importantes brotes desde 2007, el peor de ello la epidemia de 2016 que se propagó a más de 60 países y causó unos 5.000 casos de microcefalia congénita entre los bebés de mujeres que se infectaron con el virus durante el embarazo. ¿Por qué el Zika ha causado tanta devastación fuera de África y no en su continente de origen? Un nuevo estudio ofrece una explicación al enigma.

La diferencia estaría en el mosquito que lo transmite. En todos los casos se trata del mosquito de la fiebre amarilla, Aedes aegypti, el principal vector implicado en la transmisión del viejas enfermedades dengue y la fiebre amarilla, pero también de enfermedades emergentes como la chikungunya o el Zika. Pero dentro del mosquito de la fiebre amarilla existen dos subespecies. Una de ellas es Aedes aegypti aegypti, con mosquitos adaptados a vivir en ambientes humanizados, se reproduce en contenedores de agua artificiales en las zonas urbanas y tiene preferencia por picar a los humanos como explicamos anteriormente. Esta subespecie se originó en el África occidental hace unos 5.000 o 10.000 años y desde allí, el comercio de esclavos se encargó de introducirlo en América y posteriormente en Asia. El mosquito adaptado a los ambientes urbanos se encuentra hoy ampliamente distribuido por el mundo. Por contra, en la mayoría del continente africano, hay otra subespecie, Aedes aegypti formosus, que habita tanto zonas boscosas como urbanas, cría en los agujeros de los árboles y no siente una especial atracción por la sangre humana, alimentándose de una gran variedad de vertebrados, incluidas las personas.

Hasta ahora se creía que esta afinidad por vivir cerca de los humanos y su sangre era la principal explicación por la cual el Zika había causado más estragos fuera de África que en el continente, pero el estudio aporta otro dato: los mosquitos afíncanos, Aedes aegypti formosus, tienen menos probabilidades de contraer y, por tanto, de transmitir el virus Zika.

 

Los cambios sufridos durante la adaptación a entornos humanos fueron acompañados de una mayor capacidad de infectarse

Los resultados sugieren que los cambios que sufrieron los mosquitos hace miles de años al adaptarse a los entornos humanos fueron acompañados de una capacidad intrínseca para infectarse con este tipo de virus. Para llegar a esta conclusión, los investigadores llevaron a cabo un experimento con mosquitos de ocho poblaciones recolectadas en África, América y Asia. En el laboratorio los alimentaron con sangre infectada con distintas cepas del virus Zika para estudiar cómo se infectaban. Observaron que los mosquitos de América y Asia requerían de menos carga viral en la sangre para infectarse que los mosquitos africanos (Fig. 1).

Fig. 1. Curvas de proporción de los mosquitos que se infectan con el virus Zika (ZIKV) al alimentarse de sangre a con distintas concentraciones del virus. Cada caja es el mismo experimento realizado con distintas cepas del virus, los colores indican el origen de los mosquitos. Fuente: Mosquito Alert CC-BY a partir del original de Aubry et al. 2020. Science 370: 991-996

 

Diseñaron un segundo experimento para medir la susceptibilidad de infección de un mayor número de poblaciones africanas, incluidas las de la costa occidental que están emparentadas con la de América y Asia. Las de la costa de Senegal dieron resultados similares a los de América y Asia, con dosis bajas del virus en sangre se infectan. Comprobaron que en los mosquitos de la subespecie Aedes aegypti aegypti era más fácil encontrar el virus en sus glándulas salivares. No solo son más susceptibles a infectarse al virus sino que tienen más posibilidades de transmitirlo cuando se alimentan de una persona y le inyectan su saliva.

Todos los resultados establecen un vínculo sólido entre el proceso de domesticación de los mosquitos que tuvo lugar hace unos 10.000 – 5.000 años y la capacidad de transmisión de virus como el Zika. La diferencia de susceptibilidad entre las dos subespecies puede contribuir a la ausencia de brotes importantes en África, si bien pueden existir otros factores, entre ellos los de las mutaciones en el virus que le hayan permitido especializarse y volverse más infeccioso en poblaciones fuera de África.


Referencias:

Aubry F, Dabo S, Manet C, Filipović I, Rose NH, Miot EF, Martynow D, Baidaliuk A, Merkling SH, Dickson LB, Crist AB, Anyango VO, Romero-Vivas C, Vega-Rúa A, Dusfour I, Jiolle D, Paupy C, Mayanja MN, Lutwama JJ, Kohl A, Duong V, Ponlawat A, Sylla M, Akorli J, Otoo S, Lutomiah J, Sang R, Mutebi JP, Cao-Lormeau VM, Jarman RG, Diagne CT. Faye O, Faye O, Sall AA, McBride CS, Montagutelli X, Rašić G, Lambrechts L. 2020. Enhanced Zika virus susceptibility of globally invasive Aedes aegypti populations. Science 370: 991-996

Kotsakiozi P, Evans BR, Gloria-Soria A, Kamgang B, Mayanja M, Lutwama J, Le Goff G, Ayala D, Paupy C, Badolo A, Pinto J, Sousa CA, Troco AD, Powell JR. 2018. Population structure of a vector of human diseases: Aedes aegypti in its ancestral range, Africa. Ecology and Evolution 8: 7835-7848

Rose NH, Sylla M, Badolo A, Lutomiah J, Ayala D, Aribodor OB, Ibn N, Akorli J, Otoo S, Mutebi JP, Kriete AL, Ewing EG, Sang R, Gloria-Soria A, Powell JR, Baker RE, White BJ, Crawford JE, McBride C. 2020. Climate and urbanization drive mosquito preference for humans. Current Biology 30: 3570-3579.e6