Todos los mosquitos, tanto si son machos como si son hembras, se alimentan del néctar de las flores e incluso del jugo de las frutas más dulces. En la cabeza disponen de un aguijón en forma de trompa que usan para acceder a estos alimentos ricos en azúcares. En el caso de las hembras, es la misma trompa la que también les sirve para picarnos. En el vídeo que encontraréis a continuación podréis ver cómo se alimentan del néctar de una orquídea (Epipactis helleborine) usando la trompa (vídeo de Jorge Llovera Muntañola):

 

En el laboratorio, cuando los investigadores crían mosquitos para sus estudios, una de las formas más sencillas que tienen de alimentarlos es poner rodajas finas de manzana sobre la tela mosquitera que hace de tapa en las jaulas. Los mosquitos, desde el interior de la malla, usan sus trompas para succionar el jugo dulce de la fruta. Otro método que usan, y que dura más tiempo sin estropearse, es ponerles un papel de filtro impregnado del agua que va subiendo por capilaridad desde un tarro de cuello estrecho (para que los mosquitos no puedan acceder al agua para criar) y, encima del papel, ponen una gota de miel que se acaba diluyendo. De esta manera, los mosquitos succionan la solución azucarada.

Método para la alimenar mosquitos criados en el laboratorio con una solución azucarada contínua. Foto: mosquitos  del insectario del Servei de Control de Mosquits del Baix Llobregat.

 

 

 

 

 

 

 

Además, y cómo ya sabéis, las hembras necesitan ingerir sangre para desarrollar los huevos y reproducirse. Según la especie, la toman de los mamíferos o bien de aves, reptiles y otros animales. En esto algunas especies están muy especializadas y otras, como el mosquito tigre, son omnívoras. Sólo la hembra tiene unas piezas bucales especiales preparadas para perforar la piel, inyectar un poco de su saliva, que evita la coagulación e hincha el capilar, y succionar la sangre. Existen 3.500 especies diferentes de mosquitos distribuidas por el mundo y no todas pican a los humanos. Desgraciadamente, todas las especies que tenemos aquí sí que lo hacen y nos ha tocado convivir con ellas.