Laura Blanco es graduada en Medicina Veterinaria por la Universidad de Zaragoza y máster en Salud Pública por la misma universidad. Actualmente forma parte del grupo de investigadores pre-doctorales del Centro de estudio Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC).
El pasado mes de mayo se incorporó al equipo de Mosquito Alert para realizar su tesis doctoral. Su investigación se centra en el estudio de la supervivencia y estructura de edades de los mosquitos tigre (Aedes albopictus), así como estudios de dispersión de mosquitos a través de vehículos.
¿Qué te llevó a decidir hacer un doctorado?
A pesar de la situación actual de los investigadores, yo estaba segura desde que terminé la carrera de Veterinaria de que no quería encerrarme en una clínica cerrándome a seguir aprendiendo cosas diferentes.
Tampoco estaba segura en ese momento de que quisiera hacer un doctorado, lo veía muy inalcanzable, pero cuando estaba en el máster y tocábamos algunos temas de investigación, enfermedades zoonóticas entre muchos otros, lo vi claro, quería seguir por este camino.
¿Te has encontrado con algún obstáculo para acceder a un programa de doctorado?
La verdad es que no, quizás el mayor obstáculo era la opinión de la gente. La mayoría de mis compañeros y compañeras de profesión empezaron a trabajar en clínicas y hospitales veterinarios casi de inmediato. De hecho, pocos se planteaban que opositar o hacer un máster y/o un doctorado fuese un plan más atractivo que empezar a ganar dinero nada más terminar de estudiar el grado.
A veces dudaba de si no debería estar yo también en una clínica en vez de “sacrificar” más años en el área académica, pero al final llegué a la conclusión que poder realizar un doctorado no era tanto un sacrificio, sino una inversión.
¿Por qué escogiste el Centro de Estudios Avanzados de Blanes y Mosquito Alert para realizar la tesis?
No sé si debería decir que yo los escogí, más bien tuve la suerte de ser elegida por ellos. Tanto mi trabajo de fin de grado como el de fin de máster estaban relacionados con el mundo entomológico y de los vectores de enfermedades.
Cuando me dieron la oportunidad me emocioné mucho. Ya había oído hablar de Mosquito Alert y del equipazo que hay detrás y la verdad es que ni lo dudé, me mudé de Zaragoza a Blanes en cuestión de poco tiempo.
¿Cuál es tu línea de investigación actualmente?
El programa de doctorado al que pertenezco en la Universidad de Zaragoza es el de Medicina y Sanidad Animal. Aquí en Blanes, me centro en el mosquito tigre (Aedes albopictus), estudiando su dispersión por medio de vehículos para entender su rápida diseminación a pesar de su limitada capacidad de vuelo y además, realizo experimentos de supervivencia y de distribución de edades de la población del mosquito.
¿Cómo es el trabajo de investigación en tu día a día?
En mi caso el trabajo tiene que adaptarse al ciclo de vida del mosquito. Durante su ciclo (de abril a noviembre aproximadamente) prima más el trabajo en el campo, ya que hay que dedicar más tiempo a las capturas, la recogida de huevos y cría de larvas. Así que toda la parte experimental se lleva a cabo en estos meses.
Luego, entre noviembre y marzo el trabajo es analítico, hay que poner en orden los datos recogidos e interpretarlos.
¿Por qué crees que es relevante el estudio de los mosquitos transmisores de enfermedades?
Si preguntamos a cualquier persona por la calle cuál cree que es el animal más mortífero del mundo, ¿cuál crees que diría? Seguro que a pocos se les pasa por la cabeza que puedan ser los mosquitos.
La situación que estamos viviendo con la COVID-19 ha puesto sobre la mesa la importancia de las enfermedades y lo relativamente “sencillo” que es el salto de un patógeno entre animales y personas. En el caso concreto del mosquito tigre, que se ha adaptado increíblemente bien al ambiente urbano y es especialmente agresivo con el ser humano, es importante su estudio para prevenir y controlar posibles brotes de las enfermedades, importantes en medicina humana (el Dengue, Chikungunya…) y en medicina animal (el famoso gusano del corazón, Dirofilaria immitis). Y por supuesto hay que tener en cuenta las molestias por picaduras, alergias o la afección económica en algunas zonas turísticas.
¿Qué expectativas tienes del doctorado?
Principalmente quiero aprender todo lo que pueda. En el equipo de Mosquito Alert hay una gran variedad de disciplinas; expertos entomólogos, matemáticos, biólogos, informáticos.
Me encanta poder profundizar en esos temas, no sólo en la biología del mosquito tigre, también en cómo manejar los datos y programar, distinguir las diferencias morfológicas y taxonómicas con otras especies.
Vaya, me gustaría terminar esta etapa de mi vida con una visión de la entomología y la ecología más completa y amplia.
¿Cómo están siendo tus primeros meses en Blanes?
Llegué aquí en un momento un poco complicado. Mi contrato empezaba en plena cuarentena, y eso lo limitaba todo. Pero al poco de llegar empecé a conocer a mis compañeros y compañeras y a disfrutar de la playa y la verdad es que ahora estoy muy a gusto.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Lo que más me gusta es la parte de trabajo de campo, sin ninguna duda. Vengo de una carrera en la que el 80% de las prácticas eran en el campo o en granjas, y ahora que vuelvo a tener la oportunidad de estar recopilando datos en lugares tan bonitos como el Jardín botánico Marimurtra, ¡se me pasan las horas volando!