En 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó el dengue entre las 10 prioridades de su plan estratégico. Durante décadas la amenaza de la enfermedad ha ido creciendo, con cada vez más casos en las regiones donde es endémica, y expandiéndose a zonas vecinas que no estaban afectadas. La OMS estima que el 40% de la población mundial está en riesgo de contraer la enfermedad, calculando que hay 390 millones de casos al año.

A lo largo de 2019, América Latina ha vivido la peor epidemia de dengue de su historia, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS).  Esta organización ha contabilizado en América Latina y Caribe más de 3 millones de contagios de dengue y 1.583 muertos.

En América, el ciclo del dengue es básicamente urbano, siendo el mosquito de la fiebre amarilla, Aedes aegypti, el principal agente transmisor. El mosquito tigre, Aedes albopictus, también es capaz de transmitir la enfermedad, pero no parece ser tan eficaz como Aedes aegypti. La manera de ser infectado por el virus del dengue (DENV) es a través de la picada de una hembra de mosquito, la cual a su vez se ha infectado previamente picando a una persona infectada con el virus (fig. 1).

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Fig. 1. Transmisión horizontal de dengue, en la que un mosquito transmite el virus de una persona a otra. Primero se contagia picando a una persona con el virus y luego es capaz de transmitirlo a una persona. La cadena del virus es: persona –> mosquito –> persona. Fuente: Mosquito Alert ((CC-BY-NC-2.0)

 

Lo más normal es que un mosquito se infecte al picar a una persona afectada, es lo que en epidemiología se conoce como transmisión horizontal (fig. 1). El virus pasa de un humano a un mosquito, y del mosquito pasa a otro humano. Sin embargo, existe otra posible ruta de infección para mantener el virus circulando en un lugar: la transmisión vertical (fig. 2). Esta se da cuando un mosquito transmite el virus a su descendencia, de manera que el virus pasa de una hembra infectada a los huevos, manteniéndose en las larvas hasta alcanzar el estadio adulto. De esta manera, aparecen nuevos mosquitos infectados con el virus, y por tanto, capaz de transmitirlo, sin haber picado antes a ninguna persona infectada.

La transmisión vertical podría ayudar a mantener el virus en una zona entre epidemias

Se sospecha que en áreas donde la enfermedad es endémica el virus puede persistir gracias a la transmisión vertical durante las estaciones con poca densidad de mosquitos, pues al haber pocos mosquitos la transmisión horizontal es más difícil que se dé.  Algunos estudios de laboratorio con Aedes aegypti y Aedes albopictus, han demostrado que el virus pude pasarse de una generación a otra durante tres o siete generaciones. Un estudio de revisión recienteha confirmado lo importante que puede ser este fenómeno para mantener el virus en circulación.

La transmisión vertical en condiciones naturales se ha descrito tanto en Asia como en América. En Asia se ha confirmado este tipo de transmisión en Tailandia, India, Malasia, Singapur, Indonesia y Filipinas. En América se ha detectado en Trinidad y Tobago, Bolivia, Argentina, Perú, México, Costa Rica y Brasil. Un nuevo trabajo llevado a cabo en São Paulo viene a confirmar la persistencia del virus en la ciudad a través de la transmisión vertical en mosquito tigre.

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Fig. 2. Transmisión vertical del dengue, el virus se transmite a partir de una hembra infectada (rojo) a la siguiente generación. El virus puede transmitirse a lo largo de varias generaciones de mosquitos, hasta que la transmisión vertical puede convertirse en horizontal al picar un mosquito infectado a una persona, pudiendo iniciar así un brote nuevo de dengue. Fuente: Mosquito Alert ((CC-BY-NC-2.0)

 

Para ello recolectaron huevos de Aedes aegypti y Aedes albopictus en uno de sus parques urbanos a lo largo de 2014, 2015 y 2016. Una vez en el laboratorio dejaban que los huevos se desarrollaran para posteriormente analizar los adultos en busca del virus del dengue. En total analizaron 5.730 mosquitos, de los cuales 3.270 fueron Aedes albopictus (1.480 hembras y 1.790 machos) y 2.460 Aedes aegypti (1.520 hembras y 940 machos). Entre todos ellos encontraron unos pocos machos de mosquito tigre infectados con el virus del dengue.

Las condiciones ambientales pueden condicionar la transmisión vertical

El estudio viene a confirmar la capacidad del mosquito tigre para transmitir el virus de manera vertical. Otras investigaciones también han demostrado la capacidad de Aedes aegypti, pero con una ratio más baja. Los datos sugieren que a pesar de que Aedes aegypti es el primer agente de transmisión horizontal, su papel sería menos importante en el mantenimiento del virus durante los periodos en los que hay pocos mosquitos. Durante estos periodos, la transmisión vertical de Aedes albopictus podría ser más importante para mantener el virus circulando.

Previamente se había comprobado que los mosquitos que resultaban de huevos que habían estado mucho tiempo sin eclosionar, estaban más infectados por dicha transmisión vertical, que aquellos huevos que eclosionaban rápidamente porque las condiciones ambientales eran favorable al desarrollo de las larvas. Se cree que en los huevos que tardan más en eclosionar, el virus puede copiarse más veces y ser más abundante hasta infectar al embrión. De manera que en los periodos menos favorables para la reproducción de los mosquitos la transmisión vertical podría ser especialmente relevante. En periodos de sequía, en los que los huevos se ven obligados a permanecer en este estadio durante más tiempo aguardando a las lluvias que permitan el desarrollo de las larvas acuáticas, se esperaría que aparecieran un mayor número de mosquitos infectados por vía materna.

Durante las sequías los mosquitos pueden volverse más agresivos, picar más y aumentar el riesgo de transmisión de enfermedades

Lo sorprendente del estudio llevado a cabo en São Paulo, es que en la ciudad no se ha detectado ningún caso de dengue en humanos desde 2010, pero el virus parece haber estado circulando verticalmente todo este tiempo. Refuerza la hipótesis de que la transmisión vertical entre generaciones de mosquitos puede mantener al virus entre una epidemia y otra. Una circulación silenciosa del virus mantenida por el mosquito tigre que en un momento dado puede convertirse en transmisión horizontal. Estos estudios demuestran lo mucho que queda todavía por saber de una enfermedad que afecta a tantas personas, y qué implica que en una región convivan las dos especies de mosquito, Aedes aegypti y Aedes albopictus, desde un punto de vista epidemiológico, como reservorios del virus y como origen de un brote epidemiológico.

La transmisión vertical puede dificultar el control del dengue

Un modelo epidemiológico sugiere que la transmisión vertical puede contribuir a la dificultad de controlar el dengue. De acuerdo con su modelo, basándose en los datos de la epidemia de dengue que padeció Perú en 2000-2001, los brotes epidemiológicos se vuelven más difíciles de controlar cuando existe transmisión vertical. Cuando una epidemia está causada por una cepa del virus incapaz de transmitirse verticalmente, es más fácil de controlar, pero se vuelve más complicada cuando existe transmisión vertical. La capacidad del virus de transmitirse verticalmente tiene un alto componente genético, dependiendo de la cepa del virus y de las poblaciones de mosquitos.

Referencias

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