Sirve para planificar y tomar las medidas que se consideren oportunas en función de cada caso. Por ejemplo, en 2014 se confirmó por primera vez la llegada del mosquito tigre en Andalucía, gracias al envío de datos ciudadanos con la app Mosquito Alert. Al recibir estas observaciones, el equipo de Mosquito Alert y sus colaboradores informaron al Departamento de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza, que lidera el seguimiento estatal de la especie y se decidió incorporar trampas en varios lugares de Andalucía que en un principio no estaban planificados en su programa de seguimiento.

Descubrir la especie en un sitio nuevo permite que, una vez las administraciones tengan conocimiento del hecho, puedan empezar a poner en marcha programas de vigilancia y control , que incluyan acciones de información y sensibilización a la población, aplicación de medidas preventivas y/o correctoras y la ejecución de medidas control sobre el vector.  También sirve para activar protocolos de salud pública y así prevenir riesgos en el caso de detectar personas con alguna enfermedad transmitida por estos  mosquitos, como el Dengue, el Chikungunya o el Zika.